miércoles, 27 de abril de 2011

LA METAMORFOSIS, SEGÚN LAUTRÉAMONT, José de la Colina

LA METAMORFOSIS, SEGÚN LAUTRÉAMONT

No es un hombre, ni una piedra, ni una planta, sino un insecto coleóptero, quien inicia este canto. Lector de ojos puros y de frente aún no surcada por las uñas de la crueldad, esto te digo: no será sin peligro de tu alma, que supones inmortal (yo reiría si no tuviera los labios partidos), que te adentrarás en estas líneas impregnadas de execración, escritas sobre la piel tierna de un incauto infante por el joven de mirada azufrosa y frente estrecha, proscrito de todas las familias por él envenenadas con la literatura, pero puesto que osas avanzar en estas páginas pantanosas, no abandones a la almohada tu cabeza inflada por los vapores del tedio, no sea que despiertes, como yo, transformado en rampante escarabajo cuyas patas, difíciles de contar como los granos de sal del insomne océano, se agitan inconsistentemente, como las yerbas malignas en las noches de viento ululante. ¿No has oído la atroz carcajada del viajante de infame comercio al recorrerte la columna vertebral hueso a hueso?
Y así finalizó Gregorio Samsa su enésimo canto.


JOSÉ DE LA COLINA, Portarrelatos, Ficticia, México, 2007, página 62.


IMAGEN: REEZ