miércoles, 30 de enero de 2008

HUMEDAD, Manuel Villena


HUMEDAD

   No funcionó picar la grieta, pintar todo el paño de la pared tras dejar secar convenientemente la escayola. Un nuevo fracaso. Del anterior, clavadas en la memoria, quedan las afiladas palabras de papá:
   —Esa ventana permanentemente abierta solo sirve para trasegar corrientes y para recordar que allá abajo está esperándonos el vacío. Para alejar ese olor tendríamos que arrancarnos la nariz.
   Desde la muerte de mamá, la tristeza, disfrazada de mancha de humedad, anida aquí.

MANUEL VILLENA
ILUSTRACIÓN: Tomás Sobrino Habans

1 comments:

julián dijo...

Condensación y, sin embargo, pesimismo a raudales, aunque este no sea mi estado más habitual (no sabría decir si por inocencia, audacia o inconsciente afán suicida).
Me gusta el texto.
Como no me tienes que poner nota me atrevo a hacerte la pelota XDD: realmente te agradezco que cuelgues estas perlas a las que yo no llegaría de otro modo, es una suerte para los que te leemos y disfrutamos de tu blog.