domingo, 11 de noviembre de 2007

VÉRTIGO

VÉRTIGO


Si,
de entre los sauces y el lúpulo,
en la penumbra del río,
por amor,
elegí enredarme en ti,
desde mis raíces anudándome
en tus ramas jóvenes de acacia
en las que,
por amor,
bebiendo de tu savia
también se llagaron mis carnes
—ya agostándome contigo en la sequía,
ya subiendo hacia la copa en las crecidas—,
procurando en el camino hacia el cenit
el amor,
por amor;
pasados los años,
ya en la cumbre,
desde la profundidad del vacío del claro,
al mirar hacia nuestras raíces olvidadas
confundidas bajo la hojarasca,
no cabe quebranto ni desdicha
al arrebatarle al tiempo de sus bolsillos
una verdad
y acabar sabiendo,
por amor,
que el amor era esto.